Y cada pocos años nuestros cuerpos experimentan una remodelación completa; tanto si es deseable como si no lo es, nada más natural que el que cambiemos... Truman CapoteTruman Streckfus Persons, nació el 30 de septiembre de 1924, por lo que el miércoles pasado hubiera cumplido 85 años. Escribió bajo el seudónimo deTruman Capote, apellido del segundo marido de su madre, un cubano llamado Joe García Capote. Es conocido, sobre todo, por su novela-documento “A sangre fría” y por “Desayuno en Tiffany’s” . Vivió gran parte de su infancia en Alabama, con sus abuelos. Allí nacería su pasión por la literatura y los chismes, lo que él posteriormente llamaría “un estilo de ver y oír”. Según sus propias palabras, empezó a escribir para mitigar el aislamiento sufrido durante su infancia. Su primera novela, “Otras voces, otros ámbitos”, es un libro en el que Capote reflejaría muchas de las experiencias de su infancia, llegando a mezclar ficción y realidad de manera que fueran inseparables. Esto fue una constante de toda su obra y caracterizaría su estilo. Estudió en el Trinity School y en la St. John’s Academy de Nueva York. A los 17 años ya era un consumado periodista que trabajaba para la revista The New Yorker. Fue su trabajo periodístico y de información en esta revista, lo que le acercó a la disciplina del reportaje de investigación, dando como resultado su célebre novela “A sangre fría”, creadora del género de la novela de no-ficción o novela testimonio, y su trabajo más elogiado. La novela, publicada tras años de intensa investigación, cuenta el suceso real del asesinato de la familia Clutter. En 1959, en Holcomb, un pequeño pueblo de Kansas, un agricultor, su esposa y sus dos hijos aparecieron muertos, atados y acribillados por personas desconocidas sin móvil aparente. Esto hizo que cundiera el pánico en el lugar y atrajo a todos los medios del país. Uno de los periodistas envíados allí fue Truman Capote, que no tardó mucho en darse cuenta que tenía lo que necesitaba para su esperada gran obra. Pasó años siguiendo de cerca la investigación y hablando con los habitantes del pueblo y logró averiguar lo suficiente para armar el entramado de su novela, donde se mezclan las opiniones de los personajes del pueblo, junto con entrevistas a los policías encargados del caso y amigos íntimos de la familia. Finalmente cuando atraparon a los asesinos consiguió entrevistarlos en la cárcel y tuvo el tiempo necesario, antes de su ajusticiamiento, para ganarse su confianza y reconstruir su vida y su itinerario antes y después del asesinato. La obra fue llevada al cine con bastante éxito y del libro se venderían más de trescientos mil ejemplares, permaneciendo en la lista de los libros más vendidos del New York Times durante treinta y siete semanas. Otras novelas suyas son: “El arpa de hierba”, “Se oyen las musas”, “Miriam” o el desgarrador autorretrato del autor y su imaginario gemelo, en su libro “Música para camaleones” una de las obras más celebradas del autor, además de la famosa “Desayuno en Tiffany’s”, que sería adaptada al cine por Blake Edwards, con Audrey Hepburn en el papel protagonista. Su contacto con el cine incluyeron además la escritura de guiones, entre los que destaca el de ¡Suspense!, de Jack Clayton, basada en la novela Una vuelta de tuerca, de Henry James. Incluso trabajó con un papel destacado, en la divertida comedia Un cadáver a los postres de Robert Moore, considerada un título de culto, en el que todo su elenco se prestó al tono paródico que merecía la ocasión. Además de Truman Capote, la película contó con grandes estrellas como David Niven, Maggie Smith, Alec Guinness, Peter Sellers, Peter Falk o James Cromwell. Escribió también el guíón de El gran Gatsby, basado en la novela de Scott Fitzgerald y el de Beat Devil, para la película de Jonh Huston protagonizada por Humphrey Bogart. Después de dedicarse a escribir guiones cinematográficos, Truman Capote regresó a su actividad periodística realizando entrevistas para la revista“Playboy” A lo largo de su vida, además de un gran éxito literario, también consiguió reconocimiento y respeto social, y por ello se relacionaría con la aristocracia neoyorquina de la época, aunque finalmente, esos lazos con la alta sociedad se rompieron cuando empezó a escribir y a dar a conocer su novela “Plegarias atendidas”, en la sacó a relucir trapos sucios e intimidades de sus amigos famosos, aunque disimulados en personajes de ficción. Una depresión le condujo hacia el consumo de psicofármacos y alcohol, muriendo por sobredosis el 25 de agosto de 1984. Truman Capote – A sangre fría Esta crónica del novelista estadounidense Truman Capote, publicada en 1966, es un largo y detallado documental acerca de un múltiple asesinato y de la captura y confesión de sus autores, así como de su condena y ahorcamiento seis años después. Capote, a quien siempre le gustó representar el papel de mascota histriónica ante la prensa y la alta sociedad norteamericanas, se autoproclamó muchas veces como el escritor vivo más importante del mundo y como el creador de un género literario: la non-fiction novel ("novela de no-ficción" o "novela periodística"). Mezcla de la inventiva del reportaje verídico con la inventiva de la ficción, A sangre fría es una seductora versión de los asesinatos cometidos por dos sociópatas en el estado de Kansas. El 15 de noviembre de 1959, en Holcomb, un pueblecito de Kansas, los cuatro miembros de la familia Clutter (un agricultor, su esposa y dos hijos) fueron salvajemente asesinados en su casa. Los crímenes en apariencia carecían de cualquier motivo, y no había ninguna pista clara para encontrar a los asesinos. Capote, al conocer la noticia, decidió investigar por su cuenta las circunstancias que perturbaron la tranquilidad de aquella casa la noche del 14 de noviembre. Pasó seis años escuchando: cientos de entrevistas a vecinos, a los policías encargados del caso, a los amigos íntimos de la familia Clutter; en total, más de seis mil folios de información. Finalmente se detuvo a los culpables: dos jóvenes estafadores y pequeños ladrones, Dick Hickock, de veintiocho años y Perry Smith, de treinta y uno. Cuando los asesinos fueron atrapados y encarcelados, la amistad que entabló con ellos le permitió ejecutar una detallada reconstrucción de sus vidas. El 14 de abril de 1965, Perry Smith y Dick Hickock fueron ahorcados, tras haber sido declarados culpables de linchar a una familia cuya fortuna no llegaba a los 50 dólares. En su último paso por la cárcel, Dick Hickock había escuchado el relato que le hizo otro preso de la gran fortuna de Clutter, hombre piadosísimo, querido y respetado en Holcomb por su desprendida bondad y antes miembro de la Junta de Crédito a la Agricultura, en la administración de Eisenhower. Hickock se puso de acuerdo con Perry Smith, otro antiguo penado amigo suyo, mestizo de blanco y de indio cheroqui. Ninguno de los dos había visto a sus víctimas hasta la noche del crimen. Cometida la matanza, sólo consiguieron llevarse cuarenta o cuarenta y cinco dólares (Hickock no lograba recordar la cantidad exacta), que fue todo el dinero hallado en la granja. Además de asesinar a Herbert Clutter, acabaron con la vida de su esposa Bonnie, de su hija de dieciséis años, Nancy, y de su hijo de quince, Kenyon; ambos adolescentes eran brillantísimos estudiantes, joviales y apreciados en la minúscula comunidad. Sólo la madre parecía haberse reservado cuanto de negativo hubiese en aquella familia, tan prosaica como típicamente americana. Devorada por las depresiones, de ella dijo un corresponsal de Newsweek que acaso aceptó su brutal e imprevista muerte como una liberación. Aunque Truman Capote narre en tercera persona e infunda a su obra un tono documental y objetivo, el libro no deja de revelar su descubrimiento personal de la complejísima naturaleza de aquellos asesinos. Ambos son fascinantes combinaciones de talento y de estupidez, de salvajismo y de sensibilidad. También de puritana y reprimida pederastia, por parte del mestizo. Indignado, Perry Smith no tolera que Dick Hickock viole ni moleste a Nancy Clutter y habla con la muchacha de poesía y de pintura, antes de volarle la cabeza él mismo de un escopetazo. También acomoda al padre con una almohadilla debajo de la nuca, cuando va a degollarlo con un machete. Los dos muchachos detestaban a sus familias; pero, durante el juicio, Dick Hickock se desvivió por confortar a la suya. Perry Smith dijo a Truman Capote: "Irónicamente los Clutter nunca me hicieron daño alguno. Al revés de otras personas, que tan crueles han sido conmigo. Acaso los Clutter tuvieron que pagar por ellos, de una forma bárbara e injusta". En vísperas de su ejecución, Hickock se recrea también barajando paradojas. Muchos asesinos andan sueltos y perecerán en la cama, reflexiona. En cambio, y aunque él nunca mató a nadie, van a ahorcarlo. Dick Hickock siempre sostuvo que los crímenes fueron todos perpetrados por Smith. Pero sea cual sea el caso, se muestra defensor de la última pena. Es la inevitable venganza de la sociedad y si él fuese pariente de los Clutter, la exigiría para Hickock y Smith. "Creo en la horca, con tal de no ser yo el ahorcado", concluye sardónico. Ambos suben al cadalso con escalofriante serenidad y se despiden afablemente de quienes los capturaron. Smith proclama su arrepentimiento, si bien reconoce la futilidad de expresarlo. A Truman Capote lo besa en la mejilla y le dice en español: "Adiós, amigo mío". A sangre fría permaneció más de seis meses en la lista de los libros más vendidos del New York Times. Al autor le había llegado al fin su deseada celebridad, aunque, según confesó más tarde, por el precio de una experiencia traumática que marcaría su vida desde entonces. Truman Capote - Desayuno en Tiffany´s Desayuno en Tiffany’s reúne cuatro relatos de Truman Capote, el irrepetible escritor de Nueva Orleans, cuya vida (fue abandonado por su madre, una reina de la belleza sureña, y criado por sus tres tías solteronas) bien podría ser la trama de una de sus historias, donde sus héroes (o antihéroes, mejor dicho) son personas de origen incierto, tumultuosa infancia y dolorosa madurez, pero no por ello poco sagaces: todos ellos tienen las agallas suficientes para luchar contra su destino y encontrar su lugar en el mundo pese a que desde que tuvieran uso de razón las facilidades y el afecto fueran envidiables tesoros que se les resistían. Desayuno en Tiffany’s, el primero de los relatos, presenta a uno de los personajes femeninos más carismáticos de la literatura americana de posguerra: la aparentemente amoral y alocada Holly Golightly, estrella de cine en ciernes de pasado tormentoso y vergonzante, que ahoga en el glamour más impostado sus debilidades. Holly es una suerte de Violeta Gautier con gafas de sol y moños altos, una muchacha de veinte años que cuando está deprimida se come el croissant frente a Tiffany’s, la tienda de joyas más exquisita del mundo. Ella es la “amiga de todos”, el objeto de deseo de los hombres ricos y fácilmente impresionables de Nueva York (incluidos mafiosos encarcelados, lo que será determinante para el desenlace del relato), que la rondan en las múltiples fiestas en las que se la ve, pese a su misteriosa ascendencia. Un vecino/amigo aspirante a escritor del bloque donde vive será el narrador de la vida de esta chica, a la que se puede llegar a aborrecer pese a que se conozca, finalmente, su triste historia. Los otros tres relatos son Una casa de flores, donde se narra la historia de amor que viven una joven ex prostituta enamorada y su encantador marido, entorpecida por la molesta presencia de una vieja bruja (literalmente), la madre del muchacho, que le hará la vida imposible a la joven incluso una vez muerta. Una guitarra de diamantes,el tercero, logrará arrancar lágrimas al lector medianamente sensible contando la historia de amistad y fuga entre dos tipos encarcelados, uno de los cuales posee una guitarra cubierta, precisamente, de diamantes. Pero el relato que logró dejarme con un nudo en el estómago y los ojos anegados en lágrimas, y que me impulsó a leer toda la bibliografía de Capote (es el único escritor con el que lo he hecho, por ahora) fue el último, Un recuerdo navideño, donde los protagonistas son una pobre mujer madura con cierto retraso que se comporta como una niña fantasiosa y su “amiguito”, el chaval huérfano que ella y otros familiares se han encargado de criar. En una palabra: conmovedor. Y no hay que ser muy sagaz para deducir que Truman Capote habla, una vez más, de lo que él conoció de niño. Capote es uno de los abanderados del llamado gótico sureño, género cultivado, asimismo, por otros escritores como Carson McCullers, Flannery O’Connor o el terrible Faulkner, todos ellos crecidos y amamantados en las peculiares tierras situadas en las inmediaciones del río Mississippi, donde la humedad, las costumbres atrabiliarias y una impagable mezcla de costumbrismos WASP, negro, criollo y afrancesado han hecho que surgiera esta apasionante corriente literaria, violenta, mítica, y sin precedente a la vista. A lo largo de la vida de este blog trataré de hacer críticas de algunas de estas obras, aunque mi preferida sea la de Capote, cuyo final fue triste e indigno, quemando sus últimos días como una reinona de lengua mordaz que apuraba sus noches entre alcohol, drogas y amantes jóvenes al ritmo de la música dance del mítico Studio 54neoyorquino. Sinopsis: http://unlibroaldia.blogspot.mx/2009/07/truman-capote-desayuno-en-tiffanys.html |
Categorías
Todo
Archivos
Junio 2020
|