El trabajo. Te atrapa. Te rodea por todas partes; un gel constante, asfixiante, absorbente. Y cuando estás en el trabajo, ves la vida a través de esa lente distorsionante. A veces, sí, obtienes pequeñas zonas de relativa libertad a las que puedes retirarte, esos alegres y delicados espacios desde los que puede percibirse la posibilidad de cosas nuevas, de cosas distintas y mejores. Irvine WelshIrvine Welsh nació en la gran ciudad de Edimburgo, Escocia. Él no puede recordar bastante si era Simpson o Elsie Inglis pabellones de maternidad. De hecho, recuerda poco del nacimiento, aunque su madre le aseguró más tarde que era bastante rutinaria. Esta memoria selectiva en puntos clave de su vida continuaría. Lo que parece bastante seguro es de que su familia se mudó de su casa de vecinos en Leith, a las casas prefabricadas en West Pilton, y luego en la Muirhouse pisos dúplex. Welsh izquierda Ainslie Secundaria Park cuando tenía dieciséis años y tuvo varios trabajos, pero no me gusta mucho trabajar más de lo que hizo escuela. Sin embargo, él era muy afortunado de conocer a gente excepcional decente en tanto, la mayoría de los cuales lo toleran. Londres llamó a finales de los setenta y trató de ponerse al día con algunos de la educación que se había perdido en el tiempo soñando con cosas más interesantes, ya que disfrutaba de la escena punk de Londres. Los puestos de trabajo se hace mejor y se puso en la escalera de la propiedad y hacer algo de dinero, pero en la buena tradición escocesa, se las arregló para arrebatar la derrota de las fauces de la victoria. La limpieza de su acto, y, de acuerdo con otra gran tradición, "encontrar una buena chica y liquidación doon ', Welsh finalmente regresó a Edimburgo, donde trabajó para el ayuntamiento en el departamento de vivienda. Él se fue a estudiar un MBA en la Universidad Heriot Watt. Agua Oscura Carmen Boullosapor: Adriana del Moral Espinosa “Nunca me pongo en la disyuntiva de si soy poeta o novelista o dramaturga. Pienso que soy escritora y ya”, explica Carmen Boullosa; escritora lúdica, extravagante, inverosímil, fantasmagórica. No existe nada en la literatura actual semejante a esta bruja-duende de la literatura, como la describió Vicente Leñero. Para Carmen Alardín, ella es “uno de los pocos casos en que se dan felizmente la dramaturga y la poeta. Y aunque su teatro tiene mucho de poético, su poesía es esencial, escueta, y nada tiene de drama.” Ya en los ochenta José Ramón Enríquez escribía en Proceso: “Dijo algún día Breton: ‘la obra de Frida Kahlo es una cinta de seda alrededor de una bomba'; en el caso de Carmen Boullosa, establecidas las diferencias, cabe decir lo mismo”. |
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Junio 2020
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