La sociedad no es una enfermedad, sino un desastre. Émile Michel CioranEnsayista francés de origen rumano (Rasinari, 1911-París, 1995). Filósofo y moralista de origen rumano que escribió en lengua francesa, cuya obra nihilista e irónica es la de un pensador radicalmente pesimista, que ha desarrollado una profunda reflexión en torno de la absurdidad y del vacío del hombre. Tras cursar estudios de filosofía en Bucarest y escribir una tesis sobre el filósofo francés Henri Bergson (que le valió obtener en 1937 una beca del Instituto Francés), se trasladó a Francia. Tras elegir la condición de apátrida, residió en este país hasta su muerte. Su libro Breviario de podredumbre (1949), primer texto escrito en francés como desafío hacia una lengua de adopción, "en las antípodas de [su] naturaleza, de [su] profusión, de [su] yo verdadero", es una manera de mantenerse prudentemente a distancia de su afectividad y de hacer frente a la propensión a la exageración que estigmatiza en todos los comportamientos humanos. Sus otros ensayos, Silogismos de la amargura (1952), La tentación de existir (1956), La caída en el tiempo (1965), Del inconveniente de haber nacido (1973), son otras tantas acusaciones virulentas y metódicas contra las ideologías, las religiones y las filosofías inventadas por el hombre para justificar su existencia y sus actos. Convencido de la miseria fundamental de la criatura humana, de la burla de todas las cosas, ascético en extremo en su estilo y su pensamiento tanto como en su existencia, este gran admirador de los prosistas del siglo XVIII manejaba, al igual que ellos, el aforismo, el silogismo y la paradoja corrosiva. Su gusto por lo peor y su amargura apocalíptica le valieron ser presentado como un "esteta de la desesperación" o un "cortesano del vacío", calificaciones que recibió con complacencia irónica, ya que él mismo se prestaba de buen grado a la autocaricatura al describirse a sí mismo como un "sepulturero con un barniz de metafísica", un "triste por decreto divino" o un "mortinato de clarividencia". Otras obras suyas son Ejercicios de admiración (1986) y El crepúsculo del pensamiento (1991). En El aciago demiurgo, define al mundo como creación no del "Dios Bueno", sino de alguien inferior e identificado con el principio del Mal. La cosmovisión de un esclarecido Definir a Emile Cioran como a una persona que ha alcanzado la suficiente claridad de lo que sucede en la Tierra, no pretende situarlo en el plano de los "iluminados", entendiendo por tales a esos sujetos que proyectan una cierta magia, una luz, una transmisión de "Fuerza Divina" bajo la que se supone que están inspirados. Un esclarecido no necesariamente es quien puede guiar a otros hacia la iluminación, en cuanto a establecer una conexión cósmica, espiritual con lo Superior. Debería ser así, claro, pero sería demasiado pretensioso llegar a tanto en medio de una realidad tan dificultosa, que en ella la confusión prevalece por sobre todo. Una confusión en la cual todo parece estar claro, según lo que las creencias religiosas enseñan. Por eso, el sólo hecho de advertir que tal claridad es falsa, ya es mucho. El sólo hecho de advertir que todo es engañoso, es demasiado. Aunque se ignore dónde está la verdad, el sólo hecho de identificar la mentira oculta detrás de los dogmas oficializados como verdades, es haber logrado esclarecimiento. No un esclarecimiento al punto tal de saber dónde está Dios o dónde está el camino a las estrellas. Pero sí el necesario esclarecimiento para no confundir con Dios a deidades inferiores, y no confundir el espinoso camino de la vida en un mundo fuera de orden, con la senda espiritual de elevación cósmica que rige en los mundos dentro del orden universal. Cioran ha logrado esa claridad. Ha confiado más en su propia percepción de la realidad, que en la interpretación que de ella han hecho -o no han querido hacer- los que simplificaron todo el problema existencial con explicaciones dogmáticas, sustentadas en supuestas revelaciones divinas que se pierden en la noche de los tiempos. Cioran no ha creído en supuestas transmisiones hechas por deidades a profetas, ni en la metafísica aristotélico-tomista que fabricó un Dios a imagen y semejanza del que le hacía falta a la sensación de desamparo divino que experimenta el humano. Prefirió aceptar la realidad tal como es, y reconocerse como habitante de un mundo demasiado lejano del alcance controlador de un Dios que represente al Bien; un mundo evidentemente en manos de alguien con propósitos hostiles a nuestra evolución como seres libres y plenos. Su pensamiento parece situarnos al borde del abismo, en un callejón sin salida: nos muestra lo mal que están las cosas y por obra de qué fuerzas cósmicas, pero no ofrece ninguna escapatoria. No sugiere que la solución esté aquí o allá... No oficia de guía que conduzca a la luz. Se limita a reconocerse como incapaz de encontrar la verdad que en la Tierra parece ausente. Se circunscribe a mantener la guardia alta para no ser vulnerado por la mentira que impera en el mundo. Se queda en la oscuridad, sin buscar una salida, pero conciente de que la cosa es oscura, y no bajo la engañosa apariencia de claridad con que se la ha pintado. Pesimista, nihilista según la visión de los que creen que hay motivos para ser optimistas (motivos que la realidad a diario se encarga de desacreditar), Cioran ha basado en el realismo, más allá de pesimismos y optimismos, su diagnóstico de la enfermedad que sufre el planeta. No ha dicho hacia dónde hay que ir, pero al menos ha mostrado claramente hacia dónde o por dónde es mejor no ir. Su propuesta no procura una solución global, no se pone en el papel de un salvador del mundo. Se limita a sugerir que cada uno se resista a toda esta trama; evadirse de todo esto, en autoprotección, en busca de sobrevivir a tanto engaño. Un inspirado en el pensamiento de Cioran podrá no saber a dónde va, pero sí de dónde consigue irse, de qué logra liberarse, contra qué se rebela, y de qué realidad no está dispuesto a seguir formando parte. Lo cual, en un mundo tan engañoso, es ya bastante. Haz clic aquí para editar. Emil cioran: Un siècle d´écrivains (1999) (Español) |
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