Para Klee la pintura no era una evasión, sino un instrumento visionario. Un medio de encontrar los mundos paralelos que sospechaban que se escondían tras la llamada realidad.
Para ello utilizó un eficaz instrumento: la abstracción. Personaje inclasificable en ninguna de las vanguardias (que frecuentó y en las que tuvo buenas amistades), fue siempre por libre, quizás por ello sea hoy tan actual y fresco, nada desfasado. |